Un reciente estudio, publicado en la revista Clinical Nutrition, muestra cómo el consumo regular de sardinas, exactamente dos latas a la semana, tiene un efecto preventivo ante la diabetes tipo 2, gracias a su alto contenido en taurina, omega 3, calcio y vitamina D. En el estudio, participaron 152 pacientes de tres centros de atención primaria con 65 años o más que presentaban prediabetes (nivel de glucemia en ayunas entre 100-124 mg/dl). Todos ellos entraron en un programa de nutrición, enfocado a reducir el riesgo de sufrir diabetes tipo 2.
De los 152 participantes, un grupo añadió de forma semanal a su dieta dos latas de sardinas en aceite de oliva. Se recomendó tomar el pescado entero, es decir, sin retirar el esqueleto, ya que esa parte es muy rica en calcio y vitamina D. El otro grupo no comió sardinas. Al comenzar el estudio, 27% de las participantes que no comieron sardinas presentaron un riesgo muy alto de padecer diabetes. Después de un año, 22% de las personas seguían en esa clasificación. Con respecto al grupo que sí comió sardinas, al comenzar el experimento, 37% de los participantes presentaban un riesgo alto de padecer la enfermedad y al año solo 8% seguía teniendo un riesgo muy alto.
Además, estos últimos experimentaron otras mejoras interesantes, como la disminución del índice de resistencia a la insulina (HOMA-IR), el aumento del colesterol bueno (HDL) y de las hormonas que mejoran el metabolismo de la glucosa (adiponectina), además de disminuir los triglicéridos y la presión arterial, entre otros parámetros. El estudio se hizo con personas a partir de 65 años porque la incidencia de la diabetes tipo 2 es mayor en este grupo de edad que en jóvenes. Sin embargo, Rizzolo afirma: "Los resultados nos hacen pensar que podríamos conseguir un efecto preventivo igual de interesante en personas más jóvenes."
Fuente: https://www.muyinteresante.es
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