El Lupus es una de las enfermedades autoinmunes más características que existen, puede dar cualquier tipo de sintomatología y afectar diversas partes del cuerpo como las articulaciones, la piel, los riñones o el sistema nervioso. Esta variedad también hace que sea “más compleja para el diagnóstico”, tal y como indica Ricard Cervera, Jefe del Servicio de Enfermedades Autoinmunes del Hospital Clínic, de Barcelona.
La palabra Lupus viene del latín y significa lobo, se le dio este nombre a la enfermedad porque las lesiones que provocaba en la piel recordaban a las mordeduras de un lobo. Además, a estas lesiones les acompañan afectaciones de órganos internos, de ahí que el nombre oficial sea Lupus Eritematoso Sistémico. Dicha enfermedad afecta mucho más a un sexo que a otro: estamos hablando de diez mujeres por cada hombre. Se trata de una dolencia que suele diagnosticarse en época reproductiva.
Junto a las llamativas marcas, los pacientes con lupus suelen presentar también anticuerpos muy característicos llamados anti-ADN, y es lo que hace que los médicos no conozcan desde el principio que están ante un paciente con esta dolencia. Para tratar esta enfermedad es fundamental evitar el sol, los tratamientos hormonales y el estrés. Los médicos recetan hidroxicloroquina, un fármaco empleado para tratar la malaria o paludismo que tiene un efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario. En tal caso de que aparezcan brotes, lesiones o daños, hay que emplear inmunodepresores, como los célebres corticoides.
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