Los tumores cerebrales se denominan según el tipo de células que los forman y el lugar del cerebro donde surgen primero. Un tumor astrocítico empieza en las células del cerebro con forma de estrella que se llaman astrocitos y que sirven para ayudar a que las células nerviosas se mantengan sanas. Por otro lado, un tumor oligodendroglial empieza en las células del cerebro que se llaman oligodendrocitos, las cuales ayudan a mantener sanas las células nerviosas.
También existen tumores ependimarios, que habitualmente empiezan en las células que revisten los espacios llenos de líquido del cerebro y los que rodean la médula espinal. A ellos se suman los tumores meníngeos o meningiomas, que se forman en las capas delgadas de tejidos que cubren el cerebro y la médula espinal. Y los meduloblastomas, tumores embrionarios que se forman en el feto y se pueden diseminar desde el cerebro hasta la columna vertebral a través del líquido cefalorraquídeo. En cuanto al craneofaringioma, es un tumor poco frecuente que habitualmente se forma justo arriba de la hipófisis o glándula pituitaria.
Cabe destacar, que se puede usar el grado del tumor (I, II, III y IV) para indicar la diferencia entre los tumores de crecimiento lento y los de crecimiento rápido. El grado del tumor se basa en qué tan anormal es el aspecto de las células examinadas bajo un microscopio y en la probable rapidez en que el tumor pueda crecer y diseminarse.
Fuente: https://www.muyinteresante.es
Pixabay- Pexels