La lactancia está volviendo a tener un rol protagónico


 La evidencia ha establecido que la Lactancia Materna Exclusiva (LME) contribuye con mayor efectividad al desarrollo físico, emocional, intelectual y psicosocial del niño. En el caso de la madre, reduce el sangrado postparto, ayuda a una recuperación uterina más rápida y del peso pre-embarazo y disminuye el riesgo de cáncer estrógeno dependiente. Al ser un fluido vivo y cambiante, su consumo se asocia a un mejor desarrollo cognitivo, ya que se ajusta a las necesidades del bebé en sus distintas etapas. Gracias a su contenido de anticuerpos, lo protege de patologías infecciosas siendo una “vacuna natural”. Existe una notoria reducción de alergias cutáneas y alimentarias, también se relaciona con una menor incidencia de obesidad y enfermedades metabólicas en la vida adulta.

En neuroimagen funcional se ha visto que los bebés alimentados con leche materna tienen un mejor desarrollo cerebral, como consecuencia de un mayor desarrollo de la sustancia blanca, más pronunciado en regiones relacionadas con el lenguaje, la función emocional y la cognición. Sin duda, la leche materna ha sido el mejor alimento para las primeras etapas de la vida durante millones de años, pero ha sido influenciada a lo largo de la historia por diferentes conductas y acervos. La LME es una inversión en salud a futuro, disminuye la morbimortalidad infantil, previene enfermedades crónicas en la vida adulta, reduce problemas de salud mental materna y de maltrato infantil.


Fuente: www.savalnet.cl
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