Duerme bien
Un descanso nocturno correcto se asocia a una mejor salud cardiovascular. Aquellas personas que duermen un mínimo de siete horas al día reducen hasta en 65 % el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y hasta 83% el riesgo de fallecer por esa causa.
Come sano
La dieta mediterránea (predominio de frutas, verduras, pescado, carnes magras, legumbres y aceite de oliva), acompañada de frutos secos, disminuye tanto el riesgo cardiovascular como la mortalidad por alguna dolencia del corazón. Cabe destacar, que la obesidad representa 75% de los infartos.
Disminuye el estrés
El estrés es un detonante de la hipertensión arterial. Si se instala de forma habitual en nuestra vida cotidiana, acaba afectando a la salud general. Hay que aprender a desconectar y combatirlo con ejercicio, yoga, hábitos sanos y, si fuera necesario, fármacos o psicoterapia.
El colesterol
La obstrucción de las arterias por exceso de colesterol malo (LDL) es el principal desencadenante de ictus e infartos. Uno de los factores que lo provocan es el abuso de grasas saturadas.
Mantente activo
El ejercicio físico moderado, como caminar 5 km al día, es una prescripción básica para mitigar el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares. Por otra parte, estudios recientes demuestra que correr solo entre cinco y diez minutos diarios reduce la mortalidad.
No fumes
El tabaquismo causa diversos daños al organismo, entre ellos el deterioro de las arterias. Según, la Fundación Española del Corazón, fumar reduce la concentración de oxígeno en sangre, hace que esta sea más espesa, aumenta la frecuencia cardiaca y la tensión, y afecta a los pulmones y la vejiga.
Fuente: https://www.muyinteresante.es
Pixabay - silviarita