Las células de la glía son un conjunto de células nerviosas que sirven de soporte, defensa e incluso nutren a las primeras. De forma general, estas células siempre se han contemplado como una especie de pegamento que mantenían unidas a las neuronas, pero que sin embargo carecían de una función cognitiva o en la memoria.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Pittsburg acaba de encontrar una función inesperada en una de estas células de glía conocidas como astrocitos, observando como el consumo de cocaína en ratones inducía a la formación de nuevas sinapsis en la que estos eran mediadores.
Como muchas asociaciones celulares en el cerebro, estas conexiones sinápticas inducidas por drogas no son recuerdos conscientes, sino más bien un cambio de patrón del cerebro que, en este caso, contribuye a la adicción. "Estos recuerdos asociados con las drogas pueden ser extremadamente duraderos y, a menudo, pueden desencadenar una recaída incluso después de una abstinencia prolongada" explica Yan Dong profesor de neurociencias de la Universidad de Pittsburgh y autor principal del estudio.
John Krystal por su parte, editor de la revista científica Biological Psychiatry, en la que se publica el estudio, afirma sobre el mismo que: "a menudo pensamos que la respuesta a la cocaína es puramente neurológica. Sin embargo, en esta investigación podemos observar que las células de apoyo llamadas astrocitos juegan un papel fundamental en un efecto duradero de la exposición repetida a la cocaína".
Fuente: https://www.nationalgeographic.com.es
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