Ausencia de llanto, signo clínico para la reanimación


En todo el mundo, cada año, entre 6 y 10 millones de infantes requieren reanimación al nacer, según estimaciones basadas en datos limitados sobre neonatos sin respirar. Los protocolos internacionales para la reanimación se basan en que “no llorar” es un marcador de un bebé que no respira, pero la relación entre estos factores, o el riesgo predictivo de cada uno de ellos para la mortalidad, no se ha examinado en un estudio amplio.

Ashish Kc y colaboradores de la Universidad de Uppsala (Suecia) describieron la incidencia de la ausencia de llanto y ventilación después del nacimiento, la necesidad de resucitación básica con ventilación, y la muerte antes del alta.

La incidencia de neonatos que no lloraban inmediatamente después del nacimiento fue del 11,1%, y la de ausencia de llanto y ventilación fue del 5,2%. El “no llorar” tuvo una sensibilidad de 100% para bebés que no respiraban después del parto. Entre los infantes que no lloraban, pero sí respiraban, el 9,5% no podía ejercer esta función al primer minuto y el 2% no lo hacían todavía al quinto minuto. Finalmente, se determinó que los niños que no presentaban llanto, pero sí ventilación tenían casi 12 veces más probabilidades de mortalidad antes del alta.

Una proporción de los niños que no lloran, pero respiran no ejercen esta última función al cabo de 1 y 5 minutos y tienen un riesgo de mortalidad antes del alta. Con este estudio, se proporciona evidencia de una asociación entre la falta de llanto y ventilación y se revela que los recién nacidos que no lloran, pero sí respiran requieren cuidados adicionales.

Fuente: https://www.savalnet.cl 
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