• Las verduras verdes. Las coles de Bruselas, el brócoli o las espinacas contienen vitamina A, vitaminas del grupo B y antioxidantes que ayudan al buen funcionamiento de la memoria y aumentan su longevidad. Entre sus antioxidantes encontramos flavonoides y sulforafanos que tienen propiedades neuroprotectoras y anticancerígenas.
• El pescado azul. El pescado es fuente de fósforo, que forma parte indispensable de las membranas de las neuronas. Cabe destacar, que el pescado azul contiene omega 3, el cual juega un papel protector frente a la progresión del deterioro cognitivo, por lo que actúa contra las patologías neurodegenerativas.
• Los frutos secos. Además de ser gran fuente de omega 3, aportan fósforo, magnesio, vitamina E y vitaminas del grupo B, los cuales se caracterizan por ser aliados de la salud cerebrovascular de forma que mantienen un correcto aporte sanguíneo en nuestro cerebro. Los frutos secos son ricos en antioxidantes como los polifenoles, que retrasan el envejecimiento de nuestras neuronas al actuar contra los radicales libres que provocan estrés oxidativo.
• Las frutas. Dentro de este grupo destacamos los frutos rojos, ya que son fuente de vitamina C, ácido fólico, minerales y antioxidantes que ayudan a mantener una memoria sana. La mayoría de las frutas contienen flavonoides y polifenoles, que son potentes antioxidantes que mejoran las funciones cognitivas y luchan contra la oxidación celular, además tienen efecto antiinflamatorio y retrasan las enfermedades degenerativas.
• Los alimentos integrales. Contienen ácido fólico y vitamina B6 que ayudan a mantener en forma el cerebro. Gracias al aporte de fibra, se controla el nivel de azúcar y colesterol en sangre, que son parámetros de la salud cerebral. Además, mejoran la concentración y el rendimiento en etapas de esfuerzo mental y combaten el estrés.
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