Por un lado, se administró a los monos una microestimulación en forma de secuencia para emular una sensación de movimiento; por otro, se creó la forma de una letra. En ambos casos los primates reconocieron con éxito formas y percepciones producidas por su nueva visión artificial. El implante interactúa directamente con el cerebro, sin pasar por etapas previas del procesamiento visual a través del ojo o el nervio óptico.
Por lo tanto, dicha tecnología podría usarse para restaurar la pérdida de visión en personas ciegas que han sufrido lesiones o degeneración de la retina, ojo o nervio óptico, pero cuya corteza visual permanece intacta. El trabajo sienta las bases para el desarrollo de un nuevo dispositivo neuroprotésico que permitiría a las personas profundamente ciegas recuperar la visión funcional y reconocer objetos, navegar en entornos desconocidos e interactuar fácilmente en entornos sociales, mejorando su independencia y calidad de vida.
Fuente: www.nationalgeographic.com.es
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