La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), señala que la situación de confinamiento durante el estado de alarma ha supuesto para la mayoría de la población un largo periodo de baja exposición solar frenando los procesos de síntesis de melanina, así como de hiperqueratosis que es el engrosamiento de la capa externa de la piel, que está compuesta de queratina e hiperplasia epidérmica que es el aumento del número de células de la piel como respuesta gradual de aclimatación lumínica. Ello hace que la piel sea más sensible a la radiación ultravioleta.
En invierno, nuestro cuerpo produce melanina de forma progresiva hasta la llegada de la primavera y crea así nuestra fotoprotección natural. Este año, la población, al haber estado confinada, no ha experimentado esa desensibilización progresiva o esa fabricación de melanina que siempre había tenido. Por ello, el riesgo de que en esta temporada estival se produzcan más casos de fotodermatosis, alérgicas al sol o quemaduras es mayor.
Según los expertos se aproxima la época de mayor exposición al sol. Por lo tanto, el órgano que nos recubre también debe ir adaptándose a la nueva normalidad. Es por ello que debemos tener una adecuada fotoprotección, vestir ropa adecuada, usar gafas de sol, reforzar la dieta con alimentos ricos en vitamina D, hidratarse correctamente y aplicar un fotoprotector solar adecuado al fototipo de cada persona.
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